En el finalizado mes de enero ha visto su luz un documento de consenso sobre la asistencia al parto que ratifica, implementa y complementa, el de “Recomendaciones para la asistencia al parto” que ya tenía la SEGO”. Es un documento de consenso porque no es producto del arrebato ni de la reflexión individual sino de la discusión y razonamiento colectivo. Los asertos en el vertidos, han sido, la mayoría, aceptados por todos y los menos, aquellos en los que se ha producido discrepancias, tamizados por un cuádruple procedimiento. Emisión de diferentes propuestas, defensas de las mismas por sus ponentes, votación por el grupo y aceptación de la mayoritaria en votos. El proceso ha sido pues lento y laborioso, pero finalmente ha merecido la pena que así fuera, porque lo sitúa más allá de la opinión particularizada y lo inviste de autoridad. Se ha anulado el siguiente parrafo del anterior documento: "En cada centro se debe decidir de quien es la responsabilidad del parto no intervenido. Si es del medico o es responsabilidad exclusiva de la matrona que lo esta asistiendo, no interviniendo en este caso el medico hasta que la matrona considere que el proceso se esta desviando de la normalidad. Un saludo Mª Victoria Mesa Matrona Hospital Costa del Sol Marbella, Málaga
Sin duda alguna es un paso importante...un paso más...
Pero no puedo dejar de lado una cuestión ¿Por qué tan tarde? La SEGO debería de ser la vanguardia en la incorporación de la evidencia científica a la práctica profesional y éste documento recoge evidencias con bastantes años de vida que no estaban recogidas en sus protocolos ahora actualizados.
Lo de más vale tarde que nunca no ayuda a avanzar.
Otras asociaciones profesionales e instituciones de salud tanto estatales como autonómicas han tomado la delantera ante una demanda, cada vez mayor, de modificación de las estructuras y protocolos en atención perinatal.
Revisado el documento -no en profundidad- no he encontrado nada novedoso ni parece aportar nada a lo que hoy tenemos ya disponible. Más o menos viene a “ratificar” lo que ya es práctica común en muchos hospitales y sigue la línea de las iniciativas que en materia de mejora de la atención al parto de baja intervención se desarrollan en todo el estado y en la comunidad.
Alguna insinuación a las relaciones interprofesionales recogida en la introducción no me parece del todo adecuada. Y el tratamiento del tema de la información y el "consentimiento informado" son poco rigurosos.
En fin, para el siglo XXI se podría esperar algo mas atrevido. El "apoyo", una de las prácticas con mayor evidencia de sus beneficios, apenas se menciona. El "agua" ni aparece (también con evidencia)...¿Tendremos que esperar muchos años para que todo esto y mucho más se incorpore a un nuevo protocolo?
En fin, es mi opinión. Y espero ampliarla tras una revisión más a fondo.