Logo
Las mamás-incubadoras
de Grupo Coordinación Proyecto Humanización Perinatal - domingo, 14 de junio de 2009, 12:37

Las mamás-incubadoras

Diario de Mallorca. 26 de Mayo de 2009

Recuperar el calor humano para atender a los neonatos es la clave del beneficioso y sencillo Método Canguro

MAR FERRAGUT. PALMA. Podemos inventar máquinas y diseñar robots. Podemos tecnificar al máximo nuestra vida y crear mundos virtuales. Podemos reprimir los instintos e intentar ir contra natura. Podemos hacerlo, pero, afortunadamente, al final siempre gana el calor humano.
Eso piensa uno cuando contempla a Núria abrazando a su hija recién nacida en el área de neonatos de Son Llàtzer. La pequeña Airún nació el pasado 24 de abril con 29 semanas de adelanto. Diminuta, frágil, preciosa. Núria acude en cuanto puede al hospital para estar con ella, abrazándola, transmitiéndole su calor, dejando que oiga su corazón, permitiéndole que tome el pecho cuando quiera. Al lado de ellas, la incubadora permanece vacía. No hace falta. Sólo con ese gesto de amor, Núria es una mamá-incubadora, es una mamá-canguro.

Humanizar el servicio

El Método Madre Canguro (MMC) ha sido popularizado en los últimos años en Europa por la pediatra francesa Nathalie Charpak, que lo pudo observar en las clínicas colombianas. Y es que esto que aquí se está convirtiendo en una revolucionara manera de atender a los niños que nacen pesando menos de dos kilos, en los países en vías de desarrollo es la única opción posible ante la falta de recursos.
Ana Filgueira, pediatra del área de neonatos de Son Llàtzer, y Verónica Lluch, coordinadora de enfermería de dicho departamento, se posicionan como unas firmes defensoras de un método que, en medio de una sociedad cada vez más tecnificada, supone "un gran paso hacia la humanización de los cuidados a los recién nacidos".
Y es que aparte de las ventajas médicas que ya se demostrado que tiene este sistema (modera la temperatura corporal de la criatura, favorece su ritmo cardíaco y respiratorio y facilita la siempre beneficiosa lactancia materna), las mamás-canguro aportan otros valores añadidos tanto para sus hijos como para ellas mismas.
Filgueira y Lluch señalan que este método contribuye a eliminar "la sensación de miedo al hijo" que en ocasiones se genera en los padres cuando, tras dos meses con el niño hospitalizado, llegan a casa. Asimismo, también sirve para que las madres no se sientan culpables cuando el embarazo ha tenido dificultades y el niño ha nacido bajo de peso o de forma prematura. El sistema tiene una "actitud integradora" ya que ayuda a que los progenitores "sientan que participan en el proceso de cura" (y no sólo los padres, por Son Llàtzer también pasan abuelos y abuelas e incluso voluntarios).
Entre los valores más importantes que aporta este método sobresale uno: "establecer el vínculo entre padres e hijos". Núria lo confirma: "Es por el bien de las dos, es una necesidad: ella está más tranquila y relajada, y a mí sirve para desarrollar mi papel como madre...¡y no deprimirme!", cuenta Núria, que sólo tiene elogios para el método y para el personal del departamento, con el que, cómo es obvio ya se ha establecido un vínculo especial. Y es que esta área de neonatos está lejos de la frialdad que caracteriza a los recintos hospitalarios, abierta además a las familias sin restricciones horarias.
Esta mamá valora enormemente está libertad para entrar y salir porque sabe la angustia que genera el sólo poder ver a tu hijo recién nacido a través de un cristal y un máximo de tres veces al día. Núria es madre de cuatro hijos, y el primero que tuvo también fue prematuro. Afortunadamente, desde entonces las cosas han cambiado y Núria se muestra encantada.
Aunque para los paganos pueda parecer que este sistema es una cosa lógica y simple, la doctora Filgueira razona que implantar este programa ha supuesto un auténtico "cambio de filosofía", casi una revolución para las familias y sobre todo para el personal sanitario. Es difícil para médicos y enfermeros cambiar el chip después de años de estar "protegiendo" a los críos de cualquier agente exterior (incluyendo a los padres) por miedo a posibles infecciones.

Mamás-canguros las 24 horas

"Ese miedo a la infección es un prejuicio sin certeza médica", dice Filgueira, quien habla –no sin cierta admiración en el tono– de países como Suecia, Finlandia o Dinamarca, dónde tienen habitaciones preparadas para que los padres se puedan quedar las 24 horas allí si así lo desean o, incluso, que se lleven al niño a casa y lleven al crío pegado al cuerpo todo el día y toda la noche. Este sistema es ideal ya que, según cuentan Filgueira, sirve para descongestionar las unidades, disminuir las tasas de infecciones contraídas en el propio hospital, implementar mejor la lactancia materna y favorecer que la criatura gane peso. Aquí de momento no es posible aplicarlo porque hacen falta recursos para poder hacer un exhaustivo seguimiento de cómo la madre está haciendo su función de incubadora.
Aparte de las estudios científicos que demuestran los beneficios del Método Madre Canguro, Lluch pone sobre la mesa la prueba más evidente: "basta con mirarles para saber que los dos están bien".










 
  (Entrar)

Este sitio forma parte de la Red de Espacios Virtuales de la EASP (2015)