La lactancia exclusiva reduce, en entornos controlados, el riesgo de transmisión del VIH. (ABC, 18 de abril de 2013).
La leche materna es una importante fuente de transmisión de VIH para los bebés en periodo de lactancia. Una investigación realizada por científicos de EE.UU. y Zambia ha puesto de relieve que cuando las madres infectadas dejan de amamantar al niño, o si compaginan la lactancia con otros alimentos, la concentración de virus en la leche y el riesgo de contagiar al bebé aumentan. «Esto puede explicar parcialmente la relación entre lactancia exclusiva y disminución del riesgo de transmisión de VIH posparto, en comparación con la lactancia no exclusiva» aseguran los investigadores de la Universidad Columbia (EE.UU.).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las madres infectadas no amamantar a los niños y sustituir la leche materna por fórmula. Sin embargo, en los países menos desarrollados, esto con frecuencia no es posible. Además, la leche materna contiene importantes componentes importantes para desarrollar el sistema inmune, lo cual puede ser vital en países con una alta incidencia de enfermedades infecciosas.
Por eso, los investigadores, cuyo trabajo se publica en Science Translational Medicine, recomiendan que, aparte de mantener el eficaz tratamiento de la madre con antirretrovirales durante toda la lactancia, los niños deben ser alimentados exclusivamente con leche durante los primeros meses de vida. Una vez decidido, el cese de la lactancia debe ser tan abrupto como sea posible.