Estrategias para abordar el estrés de padres/madres e hijos/as en la hospitalización infantil.
La experiencia de hospitalización sigue siendo en la actualidad una circunstancia que implica, por regla general, una activación ante la percepción de una situación como amenazante e incluso atemorizante, asociándose, así mismo, a perturbaciones en los procesos de adaptación personal. En el caso de la infancia, además se suele presentar con niveles significativos de miedo y ansiedad. Todo ello en una situación de pérdida de salud y en un marco contextual desconocido donde se pierde la intimidad o donde las demandas comportamentales pueden ser, en ocasiones, poco agradables para el individuo.
A pesar de que en el momento actual la hospitalización infantil tiene una duración relativamente breve, no deja de ser una circunstancia donde las alteraciones emocionales tanto en padres como, sobre todo, en los propios niños hospitalizados, son significativas y así han sido evidenciadas por diversos autores.
Se deberían favorecer los canales de comunicación entre el personal del contexto hospitalario y los familiares de los pacientes, así como con el propio niño, ya que esto contribuirá a reducir el estado de ansiedad familiar. El apoyo social que la familia pueda obtener durante el proceso de enfermedad del hijo y, sobre todo, a lo largo de la hospitalización, es también un factor importante de cara a la reducción de alteraciones emocionales tanto en los padres como en los hijos.
Tendríamos que enfatizar la importancia de posibles programas de preparación psicológica ante estas experiencias, así como la implicación de los padres en las iniciativas que se lleven a cabo. Tales intervenciones habrán de sensibilizar a los padres sobre cómo su propia alteración emocional puede afectar a la de sus hijos o sobre cómo ser modelos adaptativos para ellos en relación con comportamientos y estrategias de afrontamiento específicas.
Es importante subrayar la necesaria potenciación y promoción de intervenciones psicopedagógicas durante la hospitalización, por ejemplo, a través de las aulas hospitalarias. Por una parte, como mecanismos dirigidos a cubrir las necesidades educativas especiales, pero también como recurso desde el cual se pueden trabajar, tanto cuestiones adaptativas y comportamentales, como de forma específica aspectos lúdicos o la reducción de la alteración emocional.